Química
Pilar Mateo es una de esas mujeres que, desde sus laboratorios, con la ciencia y día a día ayudan a mejorar este mundo. Es una de las diez científicas más prestigiosas de España y está entre las ciento más destacadas de todo el mundo. Doctora en química, a lo largo de su trayectoria ha centrado su actividad profesional en el desarrollo y aplicación de nuevas tecnologías de microencapsulación polimérica de biocidas y productos naturales para el control de insectos que transmiten enfermedades endémicas mortales -asociadas a la pobreza -y la erradicación de estas. Hace ya 25 años creó la “pintura que salva vidas” –así se conoce-, un invento que ha contribuido a luchar contra el mal de chagas, dengue, chikungunya, leishmaniasis o la malaria, evitando muchas muertes en las zonas más desfavorecidas del planeta.
Es una científica con una clara vocación social; cree firmemente que la ciencia tiene que estar al servicio de la sociedad. Su lema es «la ciencia que abraza», que significa la necesidad de estar presente allá donde las personas sufren enfermedades.
Además, no solo es una brillante investigadora, sino también grande emprendedora. Actualmente es presidenta de la empresa Inesfly Corporation, donde dirige su departamento de I+D. Fundadora y promotora de la empresa Shichi world, y cofundadora de la empresa audiovisual Filmántropo.
En paralelo en sus investigaciones científicas, durante su trayectoria, ha llevado a cabo varios proyectos sociales para mejorar la calidad de vida de las comunidades más vulnerables. Es presidenta del MOMIM (Movimiento de Mujeres Indígenas del Mundo) y de la Fundación Pilar Mateo.
Para la científica valenciana, el arte es la realización del espíritu humano y tiene vocación universal. Y el mural de Alba Fabre es además un encuentro con el tiempo. Representa por un lado el pasado de su vida, su esfuerzo para mejorar, a través de la química, la dignidad de las personas que viven en condiciones muy precarias en zonas afectadas por enfermedades endémicas vinculadas con la pobreza. Pero lo hace con la ilusión que sirva como un pequeño ejemplo para otras generaciones futuras. Que despierto el interés por la ciencia y que lo haga también con vocación de género, demostrativo que la ciencia y la creatividad artística no tienen fronteras ni sexo.
Ubicación: Jardines de Viveros, C/ del Gral. Elio, s/n, La Saïdia, 46010 Valencia
EMT Líneas: 11, 12