Primatóloga
Algunas de las mejores historias de aventuras empiezan con un buen libro, en el caso de Jane Goodall, nacida en Londres en 1934, ese libro fue Tarzán. Y como todas las buenas lecturas, ese libro produjo en ella un cambio sigiloso pero determinante y la pequeña y curiosa Jane, acabó anhelando lo que jamás había conocido: la vida animal salvaje de África.
Pero en plena Segunda Guerra Mundial y con una familia de pocos recursos tuvo que posponer sus sueños africanos. Obtuvo un diploma y varios empleos como secretaria, y un trabajo seleccionando música para un estudio de cine documental.
Por otra parte, en todo buen libro de pronto un cambio repentino de argumento puede transformar a la protagonista de la historia, si está preparada. Y eso fue exactamente lo que le ocurrió a Jane cuando se le presentó la oportunidad de viajar a Kenia a visitar a una amiga que se acababa de mudar allí. Aprovechó su cambio de argumento, dejó su trabajo en Londres y regresó a casa, donde ahorró para el pasaje trabajando de camarera y se marchó para perseguir su sueño.
Una vez allí no pudo desaprovechar la oportunidad de conocer al Doctor Louis Leakey, el gran arqueólogo y paleoantropólogo, que tras hablar con ella le ofreció trabajo como su secretaria personal Para Louis ella era perfecta para su proyecto de observar chimpancés salvajes a las orillas del lago Tanganica; igual que lo fue Dian Fossey cuando la envió a las montañas centroafricanas a observar gorilas y Biruté Galdikas cuando la animó a estudiar a los orangutanes. Él creía que solo unas mujeres valientes sin prejuicios académicos, con empatía, paciencia y perspicacia, podían hacer cambiar la primatología, como así fue.
Los inicios de Jane no fueron románticos; sentarse a esperar durante horas expuesta a insectos, lluvia, y maleza sin ver nada más que sombras furtivas. Pasó mucho tiempo hasta que la malaria la abandonó, su piel se hizo inmune a las picaduras y un chimpancé macho se acercó a su campamento y le permitió ofrecerle un plátano. Su primer chimpancé, el primero al que le puso nombre: David Greybeard por su perilla blanca.
Como ella misma cuenta, fue afortunada no habiendo ido a la universidad. Solo así, y como predijo Louis, pudo tener la valentía de poner nombres a los chimpancés, atreverse a otorgarles emociones e incluso a observar claramente cómo eran capaces de fabricar y utilizar herramientas. Este fue posiblemente su mayor descubrimiento y desafío. Hasta ese momento se pensaba que tan solo los humanos podían hacerlo, así que su descubrimiento nos obligaba a redefinirnos completamente, a situarnos al lado de los primates y no encima del resto de animales.
Los estamentos académicos se burlaron de ella, pero ella se mantuvo firme, convencida de que tenía la razón, guiada por el mismo convencimiento y la misma determinación que la hizo sentarse día a tras día en la selva a esperar que la aceptaran los chimpancés. En un mundo como el actual en el que el auto sabotaje femenino es todavía tan común, Jane siempre se mantuvo fiel a sí misma. Y así siguió observando cómo los chimpancés cuidaban de sus crías, se reían, lloraban, se acicalaban e incluso mostraban comportamientos violentos derivados de sentimientos tan humanos como los celos y la envidia. Y cómo los académicos se enfadaban y pataleaban para luego rectificar. Finalmente, en 1961 la National Geographic Society le dio la razón y subvencionó sus estudios, desde entonces Jane Goodall es probablemente una de las científicas más conocidas del mundo. Desde 1977 preside la fundación para la Investigación, Educación y Conservación de la Vida Salvaje que lleva su nombre.
Los premios que ha recibido son más que numerosos, no en balde ella estableció las bases de la primatología moderna. También ha escrito libros que seguro inspirarán a niños y niñas a ser futuros investigadores e investigadoras. Y actualmente pasa sus días de avión en avión, de conferencia en conferencia defendiendo un mundo más justo y sostenible para todos. Así que, a esta historia, la historia de aventuras de la Dra. Jane Goodall, le quedan muchas páginas todavía.
[ Documental Jane, Netflix ]
Instituto Jane Goodall [ janegoodall.es ]